Espacio 2.0 donde escribo y describo sucesos siempre reales que considero vale la pena compartir. Eso sí: No seré objetivo. Soy un apasionado pero no me desvinculo de ese nuestro sagrado ejercicio de la razón. Gracias por estar. Todos son bienvenidos.
martes, 20 de febrero de 2018
EL 21 F Y LAS FUERZAS QUE ALLÍ SE MIRAN DE FRENTE
A apenas unas horas del 21 F, conviene hacer una breve reflexión a propósito de las fuerzas que se tensarán en las calles y en las redes sociales ese día.
La oposición ciudadana tiene un discurso breve pero contundente: No a la rerere postulación presidencial de Morales en el marco del respeto de la Constitución que dice que sólo se puede ser mandatario en dos periodos consecutivos, y a la voluntad ciudadana que le dijo No a la posibilidad de una nueva candidatura de Morales, justamente en el referendo del 21 de febrero de 2016.
La oposición ciudadana cuenta con hitos épicos y simbólicos, como el resultado del 21 de febrero, el rechazo mayoritario a la elección judicial del 3 de Diciembre de 2017 en la que todos los postulantes tenían la venia del MAS, y si del MAS, la de Evo. Y claro, la caída del Código Penal que en el fondo apretaba un poco más el puño de un gobierno que lleva 12 años en el poder y que apunta a proyectarse incluso más allá de 2025. Son hitos. Son símbolos. Son banderas.
En cuanto a organización, esta oposición ciudadana se da modos de hacerlo principalmente vía redes sociales (algo tan propio de esta segunda década del siglo XXI), aunque sigue careciendo de quizá lo más importante: Un líder visible que concentre en su persona toda esa voluntad atomizada en distintos colectivos. Un rotro que encarne y sintetice este sentido común, este horizonte político que defiende a las instituciones de la democracia, por encima de inspiraciones mesiánicas, totalitarias. Se trata pues de un gran cuerpo con discurso, con símbolos, con hitos, con una gran legitimidad imposible de perforar, pero (aún) sin cabeza.
Del otro lado se tiene a un oficialismo con un super caudillo funcionando a mil y un cuerpo organizado más pequeño que el de la oposición ciudadana, pero muchísimo más orgánico. Y tiene todo el aparato estatal a su favor. Sin embargo, el caudillo se ve cansado e iracundo, lo que es señal de debilidad, y las bases están un poco perplejas por eso. Además, el último momento épico del MAS fue la victoria en las presidenciales de 2014. ¿Y qué de la legitimidad? Al menos la de Morales está seriamente lesionada por haberse pasado por encima a la Constitución y el voto de la mayoría. Eso sólo lo hacían los monárquicos del siglo XIX.
Pero no es sólo eso. El discurso de Evo no sólo que muestra serias señales de agotamiento (imperialismo, vendepatrias, revolución, pichones de Estados Unidos) sino que se ha traicionado a sí mismo. Morales ya no puede hablar de la Pachamama, cuando ha entregado a colonizadores reservas forestales o insiste en abrir una carretera por el corazón del Tipnis. Ya no puede hablar de los derechos indígenas, luego de la pateadura a los originarios de tierra bajas en Chaparina, a los guaraníes en Takovo Mora o la represión en la marcha de mujeres aimaras en Achacachi. También difícil creerle su vena proletaria, si uno recuerda la crisis con los mineros que se saldó con un viceministro muerto en extrañas circunstancias y cinco mineros asesinados por la Policía. Ya no puede hablar de que el MAS o los indígenas son la reserva moral, cuando hay un caso de super corrupción del Fondioc. En fin.
Sus banderas se caen.
En ese escenario, entre las sumas y las restas a ambos lados del espectro político, se ve entonces una suerte de retorno al empate catastrófico del que solía hablar el Vicepresidente. Empate que llevó al oficialismo y a la entonces oposición política a medirse en las calles con el resultado nefasto de prefectos presos, exiliados y acallados. Fue una victoria que le dio al MAS 10 años de hegemonía. Hasta ahora, que el deseo de perpetuarse en el poder de Morales, ha despertado a esta otra oposición, esta vez, por primera vez, ciudadana. Esta, a diferencia de la oposición política, no tiene cola que le pisen. No tiene pasado que la acuse.
Queda claro que la oposición ciudadana debe evitar la violencia para no caer en el escenario favorito del oficialismo. Queda claro que el oficialismo no quiere perder más legitimidad provocando violencia, luego que una encuesta señala que sólo el 22% apoya la reelección de Morales, y otra en donde hay un empate técnico en la intención de votos entre Evo, que no debe ir a la reelección, y Mesa, que dice que no quiere.
En ese contexto llega este 21 F, nacido de la voluntad democrática de un pueblo que quiere vivir en armonía. Que el día del paro cívico ese espíritu se mantenga y que el pueblo no caiga en provocaciones de ningún tipo.
Hasta ahora se ha ganado en paz. Ese es el camino.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario