sábado, 12 de agosto de 2017

NO VOY A SALVAR A MIS ACUSADORES

En abril de 2009 tres personas son muertas a tiros en el Hotel Las Américas (Santa Cruz de la Sierra) en un operativo policial que conmociona al país. 
Desde el Estado explican que se trató de un grupo separatista traído por un sector de la oposición cruceña a Evo Morales. Se dice que el grupo buscaba matar al Presidente y dividir Bolivia. En el proceso de investigación, se vincula a 39 personas que, de una u otra manera,  son parte del poder político o económico de Santa Cruz. 
Zvonko Matkovic Ribera, entonces de 30 años, es acusado por el fiscal que lleva el caso, el fiscal más poderoso de Bolivia, Marcelo Sosa, de alzamiento armado y terrorismo. Luego el mismo fiscal saldría huyendo del país, acusado de extorsionar a las personas para meterlas o no en la investigación del caso terrorismo. 
La familia de Matkovic es una de ellas. 
Hoy casi todos los acusados están libres, luego de acceder a un juicio abreviado y autoinculparse de los cargos impuestos por Sosa, que vive su exilio en Brasil. Dos de los supuestos separatistas sobrevivientes al sangriento operativo en el hotel Las Américas, ya están libres y en sus casas en el extranjero.

Matkovic no acepta el trato, porque dice que él no ha hecho nada y tiene pruebas para demostralo. 
Pero no se las aceptan. 
Lleva preso 7 años sin sentencia. Y contando. 



 La cola para entrar a la cárcel de Palmasola no es larga en la puerta para hombres. En la de las mujeres sí, pero no tanto.
Es un día de poca visita, no sólo porque es lunes a la mañana, sino también porque hace un frío de seis grados, que fácil llega a cuatro cuando las ráfagas de viento se estrellan contra los enormes muros exteriores del penal, te atraviesan por el medio y luego rebotan sobre la calle frente a la puerta principal, calle poblada por ventitas de frutas y sitios para tomar caldo.

Allí una vendedora de frutas te cuida el celular por cinco pesos, porque no podés entrar a la cárcel con un aparato de esos. Anota tu nombre y tu número de cédula en un papelito que luego guarda junto al celular en una bolsa que sella con un nudo ciego y después coloca en una caja detrás de las frutas. Cinco bolivianos por cada teléfono guardado. En un fin de semana con cientos de visitas al penal, eso debe ser mucha platita.
Pago. Son los primeros cinco pesos de la jornada. 
Ya me lo habían advertido.

En la cola de los hombres, las visitas llevan principalmente cosas de comer. En la de las mujeres, más larga que la de los hombres (porque ahí hay hijas, madres, esposas; en fin,  seres que son más de querer); lo  principal es la ropa de invierno. 
Ellas piensan en lo importante. Nosotros, banales como somos, en lo urgente.

Estamos afuera ahogados en un frío infernal. 15 minutos después de que en entró el grupo anterior, se abre la puerta nuevamente. 

Entramos de uno en uno, en grupos de cinco o seis. Oficialmente estamos en la cárcel más poblada de Bolivia. Tiene aproximadamente 5.000 reclusos, de los cuales entre el 70 y el 80% está en prisión preventiva, es decir, no tienen  condena. No se sabe sin son culpables o inocentes. Pero están ahí, privados de su derecho a trabajar, de estar con sus familias. Muchos tal vez en la situación de Reynaldo Ramírez, el hombre condenado a 30 años de cárcel por un asesinato que no cometió, de los cuales cumplió dos con dos meses, y luego salió, porque finalmente apareció el verdadero asesino. Reynaldo es un tipo con suerte. Hasta trabajo le dieron al salir.

Pasada la primera puerta, la grande, la del muro exterior, hay que cruzar tres controles policiales.  
En el primero, un uniformado revisa lo que estás metiendo. Te pide el carné, te pregunta si visitás a un familiar o a quién, te mira a los ojos para saber si estás mintiendo. Te esculca el cuerpo de arriba a abajo, como en las películas.
-Pase.
En el segundo control, otro policía, menos intenso que el primero, anota nombre, número de carné y pide el nombre de la persona a la que vas a visitar. Luego te pone sellos en el brazo, te lo rayan con un marcador para que con eso puedas salir. 
Hay que dejar cinco pesos.
Pasás.

Entre la primera puerta  y la del pabellón de destino, se abre una suerte de tierra de nadie. Es  una explanada pelona de unos 200 metros. A la izquierda hay un enmallado en donde un grupo de reclusas te piden por favor que les des una moneda. Es el PC2. No terminás de digerir aquello, cuando se llega a la segunda puerta, la del PC4, el sitio donde debo entrar.
Otro control policial. El tercero. Otra  vez el carné, otra vez más sellos y rayas con marcador en el brazo, otra vez el nombre de la persona a la que se visita. Otra vez cinco pesos. El tercer control policial te abre  la segunda puerta del penal. Es el PC4 o régimen abierto.
Lo primero que veo al entrar son algunos reclusos, muy jóvenes, muy pobres y muy dañados por la vida.  Se acercan o a pedirte alguna moneda o a ofrecerse como "taxi". Vos le decís a quién buscás y ellos te llevan donde está. Y claro. Le pagás la tarifa. Cinco pesos.
La primera sensación que te queda cuando los ves es que se trata de gente que ha sido olvidada ahí por sus familias y por el sistema. No sé qué es peor. Pero están ahí, en ese limbo terrenal en el que las leyes de adentro son distintas a las de a fuera. Aunque si uno mira bien, no tanto.
 Eran poco para el mundo cuando estaban libres, pero acá, simplemente es como si ya no existieran. No tienen cómo defenderse. El sistema se aceita con dinero y eso es algo de lo que carecen. Por eso piden. Así, moneditas.

 Hay gente que lleva cinco años sin haber ido a una sola audiencia, porque no tiene dinero para que le muevan el caso en el Palacio de Justicia. Hay como un 70% de internos que están detenidos preventivamente hace años. No los han hallado culpables, pero no los sueltan, y siguen aquí”, dirá Zvonko Matkovic Ribera, durante la entrevista en el pabellón 1 del PC4 un rato después.



-¿A quién busca papito?, pregunta un taxi ni bien cruzo la segunda puerta y entro al PC4.
-A Zvonko Matkovic
-Venga por aquí.
Se acerca otro, no tiene más de 20 años, pero ya carga un cuerpo arruinado por un tipo de droga barata (Paco) y asesina que los hace sentir libres un ratito mientras los está matando ahí adentro.  

-Doncito, un quinto por favor.

A ellos les dicen Pitufos en la jerga carcelaria. Se ganan la vida como pueden. En la jerarquía social dentro del penal vendrían a ser la parte más baja de la pirámide. La más baja ahí adentro, y eso es ya decir mucho.
Pienso que si le doy a éste muchacho una moneda, los que miran un poco más allá, recelosos pero atentos, se acercarán, y los “Disciplina”, una suerte de guardia interna conformada por los propios reclusos (identificados con chalecos),  tendrán que intervenir para dejar todo en orden según los cánones más ortodoxos del antiguo arte del uso de la fuerza. Ese es su trabajo. Mantener el orden entre los internos. No es que apaleen a la gente o algo así, no lo sé, pero tienen un respeto bien ganado ahí adentro. Prefiero no dar nada.
Debe haber unos 50 metros entre la puerta del PC4 y el Pabellón 1. Atravieso la entrada a este pabellón, una reja pequeña guardada por un Disciplina, y el ambiente se aclara un poco.
Mi "Taxi" le dice al "Disciplina" del pabellón 1 que buscamos a Zvonko Matovic. 

Aquel varón educado, pero con el aire de autoridad que le da el cargo que ostenta, me hace pasar y me dice que espere. Que ya llama  a don Zvonko. Entonces desaparece. A metros de mí hay otros reclusos que pareciera que están en sus cosas, pero están mirando. Lo sé. Tengo tan buena vista periférica (entrenada en años de periodismo y en mi actitud de boludo) como ellos.

Entonces aparece Matkovic Ribera, acusado de alzamiento armado y terrorismo, por el entonces fiscal Marcelo Sosa, hoy prófugo de la justicia, por extorsionar a los acusados de este caso. Nos saludamos y nos sentamos en una mesita al amparo de un escudo de Blooming y un cuadrito de la virgen María.

Hace un frío de los mil diablos. No sé bien qué es lo que se puede y lo que no se puede hacer en ese lugar de códigos tan estrictos. No me siento amenazado, pero tampoco quiero equivocarme y romper alguna regla interna. Ante esa situación, sólo queda empezar ya y que salga lo que Dios quiera.  

Además de la libertad ¿qué otra cosa te ha quitado este encierro?
No puej, imagínate. Yo entro preso y mi hijo tenía un año. Ha cumplido 9 la semana pasada. No lo he visto crecer, eso olvídate, jamás volvió. Trabajaba con mi familia, yo empezando mi vida, estaba casado, ya no lo estoy. Todos mis años, imagino que no los más productivos, pero 8 años de mi vida los he perdido aquí sin trabajar, sin producir, sin nada. Mi familia agobiada por las extorsiones, sacar plata de donde no había, ellos son mi único sostén. 
Los otros te lo quitan todo. Ellos no son tontos. Saben que la cárcel quiebra. He estado preso con todos los casos políticos habidos y por haber. He estado con los presos en La Paz, en Tarija y en Santa Cruz.  Al final de cuentas esto se ha vuelto un lugar de secuestro. Te meten aquí hasta que pagues o hasta que te eches la culpa, porque no hay otra forma de salir.
Me cansé de verlo. No hay familia ni plata que aguante. Qué te puedo decir. Yo evito hablar de todo esto, porque lo que menos me interesa es dar pena. Está sobre la mesa la opción de irme hace cuatro o cinco años. Por eso es que a veces hay molestia con algunos policías cuando aparece uno que otro que se la quiere dar de demasiado legalista, como el de la clínica, que estando yo operado de la rodilla me esposó en la camilla. O sea, si yo quiero estar en mi casa, me declaro culpable y en un mes estoy en mi casa. Ninguno de nosotros tiene el más mínimo interés en escaparse.

Matkovic, con su hijo Milan, en el Comité Pro Santa Cruz, en donde es segundo vicepresidente


¿Qué te han dicho tus padres o tu hijo sobre tu decisión de permanecer aquí, y no declararte culpable y salir de una vez?
Me preguntaron, y le dije que no lo voy a hacer. Fue una sola vez.
Tenés que sopesar todo. La decisión la debo tomar yo. Y si la única forma de estar tranquilo con mi conciencia es pelear por lo que sé que es correcto, lo voy a hacer. O sea, que a mí me hayan presentado a tres pelotudos, es una cosa; pero de ahí a que hayan dicho que yo me sentaba con ellos, y les decía vamos a dividir esto así, y que ustedes cuando pase esto vamos a entrenar acá, y de ahí terminan esto, van a huir por acá. No puej. Haceme el favor. Conocer a cuatro idiotas no implica que yo esté en esa bellacada, haceme el favor.
Dicen que en rancho Z se entrenaba. Imposible, no hay manera. Y dicen que en rancho Z era el lugar donde se iban a esconder después de hacer sus jochas. O sea, no sé si hicieron o no el atentado a la casa del Cardenal, pero en caso de que lo hayan hecho, bueno, lo hicieron y se fueron a dormir a su hotel. Los han matau durmiendo en su cama, chutos, ¿dónde que iban a escapar a rancho Z? 
No puej.


¿Qué lectura hacés de este caso de supuesto terrorismo?
Fue un golpe tan maquiavélico como maestro. La forma de haber manejado este caso terrorismo te marcó una línea que nace necesariamente con el tema Leopoldo Fernández en Pando unos meses antes. Ahí te das cuenta que empiezan con el más chico, Pando, y de ahí le brincan no solamente al más grande sino también al que pone la plata en la oposición regional, Santa Cruz. Con esas dos acciones, aíslan a un prefecto, a un miembro duro de la oposición, a Leopoldo Fernández.
Yo estuve detenido cuatro años con don Leo en La Paz, así que conozco la historia bien, conozco su sentir, su pensar, su molestia. A él lo dejaron solo. Luego de romper esa unidad que había en la oposición, empieza casi un sálvese quien pueda.
Al ver que ya no había esa unidad, ahí golpean contra Santa Cruz y pasa lo que pasa con nosotros.
Todo lo que hemos logrado demostrar y conseguir hasta el día de hoy, es hartísimo. 
Sigo en la cárcel, pero el haber tenido encuestas en donde a nivel nacional más del 70% reconoce que este caso fue armado y que tiene una fuerte manipulación política, son logros de nosotros. No hemos recibido apoyo de nadie. Hubo un momento en que hasta en chiste decíamos que parecía que teníamos lepra.
Se nos atacó vilmente desde el día 1. Durante 4 o 5 años, con plata del Estado, el gobierno te sacaba documentales y separatas en nuestra contra. Hemos sabido que un año se gastaron $us 100.000 en sacar en todos los periódicos del país una separata donde aparecían nuestras fotos, donde se decía:  "Estos son los terroristas, los que quisieron separar Bolivia". Ya nos sentenciaban sin juicio. Y eso lo pagaba el Estado.
En las separatas, siempre los argumentos del Estado eran dos, los mismos con los que salieron a hacer propaganda en el exterior del país. Decían que quisimos dividir Bolivia y asesinar al Presidente. Pero cuando revisas la acusación, estamos acusados de terrorismo y alzamiento armado. No estamos acusados de separatismo ni de magnicidio. Ni siquiera Marcelo Sosa, con todo lo que significaba él, tan corrupto y extorsionador, ni siquiera él halló motivos para acusarnos de eso. Si ni siquiera ese funesto personaje pudo hallar pruebas para eso, es porque todo esto es jalado de los pelos.
Solo una justicia imparcial te pudiera dar la razón en algún momento. Pero en Bolivia no la hemos encontrado y por eso no queda más que acceder a la justicia internacional.

¿Hasta cuándo estás dispuesto a seguir acá?
Hay otros acusados que apelaron a un juicio abreviado y ya están libres.
Al único que nunca ofrecieron un juicio abreviado es a mí. No se han animado. Me han hecho llegar por terceras personas, pero acercarse a mí a ofrecérmelo, no se animaron. Primero por mi forma de ser, porque las veces que hemos sufrido abusos, yo salgo y lo denuncio. Empezaron siempre por la gente más débil. Ellos han esperado que la gente se quebre y se les acerque para ver cómo salir, porque hay gente que aquí ya no aguanta. Estar en este lugar 2, 3, 6, 8 años… Revienta a cualquiera. Pero esa opción, la del juicio abreviado, está en la mesa desde el momento que este juicio inició.

¿Sos una especie de trofeo?…
No sé qué puedo llegar a ser.  Creo que en algún momento (pausa).
 Hay tantas teorías que yo manejo en mi cabeza. No soy lo suficientemente importante para creerme un trofeo. Las pruebas de los abusos en mi contra son tan grandes que ellos, me imagino, sueñan con que yo me vaya a un abreviado, porque esa sería la forma de lavarse y de protegerse ante una acción legal en el futuro.  Porque si yo digo: “Sí, yo hice todo lo que dicen que hice”. Entonces ahí se acaba. Cualquier reclamo que yo haga en el futuro se acaba. Se acaba el reclamo de los 7 años que estoy preso sin condena. Se acaba el reclamo de que esta acusación corrupta, hecha por un fiscal corrupto, que está fugado, siga en pie. Esta misma justicia, corrupta como es,  ha probado que Marcelo Sosa me mete a la cárcel para extorsionar a mi padre. Si yo acepto un “trato”, se caen tantos reclamos que, bueno…

Otra teoría que manejo es que al meterme en la cárcel, ellos mandaban un mensaje claro para todos los que se les opongan. Y el mensaje es:  "No importa quién sos o cuál es tu apellido. No importa que seas banquito. El que se oponga va preso". 
Este caso Sosa lo manejó 4 años e hizo lo que quiso con un montón de gente.  Difícil que me suelten, porque la forma de mantener a mi familia callada, es manteniéndome en la cárcel.

Una vez se lo dije a mi juez. Le dije: “Señor juez, no nos crea estúpidos. No crea que confiamos en este Tribunal. Sabemos que se ha metido en un apuro con nosotros”. Yo llevaba preso 5 o 6 años. “Usted nos tiene en la cárcel, y nos tendrá, porque al juicio aún le faltan unos dos años más. Usted no va saber cómo hacer para decirle, por ejemplo a Gelafio Santistevan en la sentencia final: "Disculpe don Gelafio, usted es inocente, disculpe por tenerlo preso 7 años". Usted nos va a sentenciar  de algo, porque usted no sabe cómo justificar todos estos años que estamos presos. Pero esa sentencia contra nosotros la va a firmar, sabiendo todas las pruebas que yo he presentado en este juicio que demuestran cómo se llevó a cabo este juicio en base a la extorsión y la corrupción. Usted va a firmar eso. Olvídese que yo lo vaya a salvar a usted. Perfecto, yo seguiré preso, no hay problema, pero usted va a firmar esa sentencia”. 
Y ahí a ellos no les quedaba más que mirar al suelo.
En el actuar de ellos te das cuenta de que son intocables. No puede ser que hagan las cosas que hacen. Por eso yo, en mi rabia le escribo una carta al ministro de Justicia. Le digo: "Oiga, ustedes están espantados con lo de Reynaldo (el hombre que fue condenado a 30 años siendo inocente, y que ya salió libre, y hoy trabaja en el ministerio de Justicia). Aquí ha pasado esto y esto y esto. Sabe, no le pido que me suelte. Le pido que investigue a este Tribunal que tiene gente en la cárcel sin sentencia hace 8 años".
Yo llevo 7, pero Guedes y Mendoza, que son más víctimas que yo en esto, porque son personas humildes, con hijos y esposas, hasta el día de hoy siguen encerrados… Vos no sabes cómo los han buscado los fiscales y hasta gente del ministerio de Gobierno. A estos muchachos, un fiscal al que botaron después del caso, se animó a decirles: “Ustedes van a seguir presos el tiempo que ustedes quieran. Se pueden ir mañana declarándose culpables, o se van a ir de aquí a dos o tres años, cuando acabe este juicio, culpables también. Ya depende de ustedes cuánto quieren estar presos”.

Es mucho abuso es que venga un fiscal y que se sienta con tal poder para decirte eso, porque se ve que no importa lo que el Tribunal diga. Y todo eso yo lo corroboro cuando un juez de este Tribunal, en un momento de desesperación conmigo, porque yo lo increpo, me dice: “Don Zvonko, yo no lo metí preso a usted”. Obvio que no fue usted, el juez que me hizo la cautelar es otro. Pero yo le he pedido unas 12 veces el derecho a defenderme en libertad. Que es lo que dice la ley, y este Tribunal es el que me lo niega. Entonces me dice: "don Zvonko, no depende de mí que usted salga libre”.

¡No puede ser que alguien que se supone que es el que debe manejar tu juicio te diga una frase tan triste! ¿Y si no sos el juez que lleva esta causa, entonces quién sos vos?¿De quién depende mi libertad entonces? ¿Sabemos no? Lo sabemos. Pero que te lo confirme un tipo… 8 años llevan presos estos muchachos, 8 años y cuatro meses, van a cumplir 9 años sin sentencia.

¿Qué observaciones puntuales tenés sobre el manejo del caso?

El primer error garrafal que tiene este caso en términos de procedimiento, es el juez natural.  A nosotros nos llevan a La Paz a hacernos el juicio allá.  ¿Por qué, si lo que se investiga ocurrió en Santa Cruz? Esa es una de las cosas que más se ha reclamado en este juicio.
La ley dice que ellos tenían dos años para presentar la acusación. Marcelo Sosa se tarda más de dos años. Ahí ya está mal. Cuando tenemos que ir a la audiencia conclusiva (aún había audiencia conclusiva) se dan cuenta que no nos podían llevar a La Paz, porque habían muchos enfermos entre los acusados. Contratan a un Charter entero de 80 pasajeros, para los presos y sus policías. Nos llevan a Cochabamba. Nos presentamos ante un juez y el juez mira la acusación y le dice a Sosa que la acomode,  que está mal planteada. Le da una semana para que lo haga. Sosa se tarda 6 meses. Volvemos a Cochabamba, lo recusan al juez que rechazó la acusación de Sosa por estar mal hecha. Y se traen a otro juez que después es botado por corrupto. Y así te vas dando cuenta del tipo de personas que han manejado este caso.

¿Con qué argumentos te incluyen en el caso?

Mirá, esto dice mi acusación: “Con relación al acusado se tiene que fue delegado por los Caballeros del Oriente, liderizado por Ronald Castedo Allerding,  dentro del grupo de los que se convocaban reuniones a la unidad 10. Toma contacto con Rozsa y su grupo a través de esta unidad con la finalidad de comunicarse sin ser detectado  por las fuerzas policiales y del orden. Y crea un email seguro, correo que es usado por la organización. Por intermedio del acusado se brinda a dar hospedaje a los terroristas para refugiarse después de los atentados que se iban a realizar. Brinda su hacienda para crear un centro de entrenamiento y resguardo posterior al atentado en la casa del Cardenal… 
Luego transcriben un mail en el que yo no estoy incluido. Hablan dos personas que se supone uno es Rozsa y el otro no sé quién es. Porque son puros alias: "camba 3" y "camba 69". Y dice una aparte de ese mail: “Y no te olvidés de hablar con Zvonko sobre mi pedido de ayuda en el lugar”

Sigue la acusación: “Le proporciona el número telefónico del casero a Rozsa para recibirlo en su rancho, extremo que es documentado en una billetera que se secuestra en el Hotel Las Américas”…
Ese es el resumen. Pero cuando mirás todo esto, el famoso correo ese que me menciona, hasta el día de hoy no se sabe quién lo mandó.  Sosa se tiró un viajesango a México, a EEUU y a Canadá para hablar con Yahoo, Gmail y Hushmail, de modo que le den esa información, pero en los tres sitios le contestan que no le van a dar nada de información y lo invitan a hacer un juicio en cada país para que un juez ordene liberar esa info. No le dan nada y ahí se acaba. O sea, que al día de hoy, nadie sabe qué correo es de quién, si existía o no existía, no hay prueba alguna en ese sentido, pero usan eso en mi contra.



Eduardo Rozsa

 
¿Lo conociste a Rozsa?
Claro que lo conocí.
A mí me invita Alejandro Melgar a participar en una reunión donde nos lo presentan. Nos comienza a hablar sobre un plan de defensa de Santa Cruz. Yo le digo que lo que propone no tiene sentido. Le digo que no me cuadra todo eso que está presentando. Le cuestiono a quién le va a dar esas armas, de dónde va a sacar el dinero para comprarlas, y le pregunto si él cree que a su llamado,  la gente se va a venir tras de él para ejecutar la tontería que propone. Yo no sabía quién era él, porque a nosotros se nos presentó con otro nombre, pero igual le dije que su propuesta era descabellada y que no me cuadraba.
Todo se lo cuento al entonces fiscal Marcelo Sosa, a sugerencia de mi abogado de entonces. Al fin de cuentas ¿Cuál era el problema? A mí me habían presentao a un tipo, al que le dije que lo que proponía no tenía sentido. Entonces ¿Cuál era el problema? ¿De qué se me podía acusar? Eso pensé entonces, pero visto está que cualquier cosa aquí era ya motivo para encerrarme.
Después, nunca lo hemos negado, ellos van a rancho Z, pero porque Alejandro Melgar le pide permiso a mi padre para ir. 
Mi padre ha declarado por este caso. Cuando ocurre todo esto ya esa propiedad no era nuestra. Ya habíamos  hecho una negociación con un banco y se lo habíamos dado en pago para liquidar varias deudas. Se hace esa operación de rancho Z y se entrega la propiedad y las casas. Pero no se entrega los bienes muebles, los aires, las teles, los muebles y no se entrega el ganado. Todo era cabaña, de alto valor genético. Mi padre llega a un acuerdo con el banco de que él iba a seguir de depositario de la propiedad, mientras el banco buscaba quién la compre. A esas alturas mi padre era como un administrador de rancho Z. Había muebles y ganado que no se podía dejar porque era nuestro y que no había dónde llevarlo. En ese transcurso de tiempo, Alejandro Melgar pide permiso a mi padre, diciendo que estaban yendo unos periodistas a la Chiquitania. Y le dice: ¿Será que si pasamos tarde, nos podemos quedar a dormir? Y mi padre le dice: Claro, véanlo. 
Y le da el teléfono del casero, y le explica que  si llegan tarde la puerta va a estar cerrada, pero que lo llame, para que le abra.
Fueron, durmieron una noche, y siguieron viaje. Mi padre también fue investigado en este caso. Y a mi padre lo sueltan. Él va una semana antes que yo vaya a declarar a La Paz. ¿Por qué? Bueno, estando mi padre preso, ¿a quién le iban a pedir la plata de la extorsión? Mejor meterme a mí y acabarle la vida al pobre viejo con las amenazas teniéndome aquí adentro. 
La frase que le dice Marcelo Sosa cuando se junta con mi padre es lapidaria: “El único problema que tiene su hijo es una llamada de 20 segundos. Ha habido cosas muchos más grandes. Yo soy el único que puede o aumentar o sacar cargos en su contra”.  
Todas estas webadas son jaladas de los pelos. Decían que le dábamos la quinta para que hagan su entrenamiento. Rancho Z está a un kilómetro del puesto de policía de San Ramón. La Policía de San Ramón parqueaba sus movilidades todo el día afuera del rancho cuando controlaban la carretera. Vos tirabas tiros en ese rancho y se escuchaban en todo el pueblo. Tiras cuetes en el pueblo y se escucha en el rancho.

¿20 segundos de llamada telefónica con quién?
Dicen que con uno de los teléfonos de Rozsa. Pero yo lo tenía registrado con el nombre de Melgar. Cuando revisas todo el juicio te dicen: De ese teléfono me llamó Alejandro Melgar. Hay otros testigos que han ido a declarar y han dicho que sí, que tenían llamada con el mismo número, pero que estaba registrado a nombre de Melgar. Decían eso y se iban. A unos les creyeron, a mí no.





¿Qué ha sido lo peor de este encierro y qué ha sido lo positivo, lo que se pueda rescatar?

Positivas muchas cosas. Primero, que te vas formando como persona. Yo aquí entré muchacho, de 30 años. Y te vas formando, vas sabiendo qué es lo importante, quiénes están de tu lado y quiénes no. Y por las circunstancias te das cuenta que Dios no abandona y con pequeñas cosas te va recompensando.
Positivo es el amor de mi familia, verlo a mi hijo crecer, y ver el cariño que me tiene por más que no se está criando conmigo. Ver que en el mundo hay justicia y que se pagan las cosas. Ver que delante mío se lleven presos a mis acusadores. Por ejemplo, no terminaba de tratarnos un abogado del ministerio de Gobierno en Tarija, cuando se suspendió la audiencia y se lo llevaron preso, delante de nosotros.  
Lo hemos hecho huir a Marcelo Sosa, porque fuimos nosotros los que hacemos que huya y se exilie a Brasil.  No sé en qué condiciones está viviendo allá, pero por lo menos saber que su poder no le duró todo lo que él creía que le iba a durar. Ver lo del Comité pro Santa Cruz, que me hagan segundo vicepresidente, es una cosa increíble el apoyo que uno recibió. Es fantástico. Las veces que salgo a hacerme revisar al médico, ver gente que se me apega, que me besa, hasta plata me han ofrecido para ayudarme. Se sacan del cuello un rosario y te lo ponen para que te cuide. Todo ese cariño de la gente, porque saben que todo esto fue armado, fue una trampa, está todo mal hecho. No puede ser que la justicia en Bolivia siga trabajando así.
Mirá, por el caso Reynaldo sale un ministro a decir que cómo es posible, que esto y lo otro.  Le escribí una carta en una hora. Lo hice con mucha rabia al ver su “indignación” por la injusticia con ese chico. Yo no le pido que me suelte, porque no es su potestad soltarme. Es eso contra lo que peleo. Fuera una barbaridad que él diga “Bueno, suéltenlo a Zvonko”. Pero no puede depender de él. La justicia no puede seguir manejándose así, a dedo.
Estos tipos, 10 años de gobierno, ¿quien no se va a empoderar del poder? El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente. Lo que yo le exijo al ministro es que él, sí tiene el poder para hacer investigar a estos jueces. Tiene que decirles: A ver, quiero saber, a los cuatro jueces, los dos técnicos y los dos ciudadanos, por qué tienen a gente en la cárcel hace 8 años sin sentencia.
Este es el único caso en Bolivia en donde ellos se defienden de nosotros. No saben qué decir.

¿No saben qué decir a qué?
A ver. Empezás con la foto de “Rambito”, del capitán Andrade, sentado junto a Rozsa, todos churrasqueando. ¿Andrade era parte del grupo o estaba infiltrado? ¿Para qué los matan si ya estaban infiltrados? Luego las declaraciones de Villa Vargas (el Viejo) que dice que el capitán Andrade fue el que arma las bombas para las casas de Isaac Ávalos y el Cardenal. Eso no lo saben explicar. Para todos los efectos, ese tipo, Andrade,  era parte del grupo.  
Ese es el primer caso.
El segundo, el video soborno. Abren un caso y lo hacen morir, porque ¿cómo podés vos explicar que el tipo que te acusa, fue filmado comprando a un testigo para acusarte? ¿Cómo puede ser, si yo te meto un juicio y en ese juicio traigo un testigo a decir que fuiste vos el que me robaste, y me pillan que yo le estoy pagando a ese testigo? Ahí ya no hay más que decir. Se anula todo.  Pero ese caso del video soborno quedó en nada. Fueron filmados dos funcionarios del ministerio de Gobierno dando $us 31,500 al testigo y no se investigó ni siquiera de dónde salió la plata, porque lo dudo que la hayan puesto ellos.

Tercero, tenés cómo se armó este Tribunal que es el que nos juzga. Nosotros lo reclamamos. La hija de la jueza ciudadana de nuestro caso,  trabajaba en el ministerio de Transparencia. Lo hemos presentado eso con pruebas al Tribunal. El ministro de Justicia es al primero que debe interesarle esto, porque la verdad material es sobre la verdad formal.
Al momento del juramentar a los jueces el Dr Otto Richter les preguntó si tenían familiares trabajando para el Estado. Toditos dijeron que no.
Presentamos ese reclamo, hacemos un proceso, y la respuesta que recibimos de nuestro juez, es que: “Ella es mayor de edad, ya no vive en la misma casa, ya no son de la misma familia con su madre”. No pues, ¿Cómo podés seguir adelante así? Un juez de nuestro caso tiene a su hija trabajando en el Estado, que es parte acusadora.
Cuarto. Tenés a Marcelo Sosa y su fuga. La carta que manda en donde dice que todo esto fue armado. Huye porque porque todas las personas están declarando en su contra diciendo que este señor venía a Santa Cruz y extorsionaba a las personas para no meterlas en este caso. La Cancillería dice que esa carta donde Sosa confiesa que esto fue armado, no la va a legalizar y por eso en Bolivia no la podés usar como prueba. O sea, no se usa esa confesión de Sosa, porque la Cancillería no quiere.  

Hablás de extorsiones. ¿Cuánto de dinero tuvo que pagar tu familia?
Mucha más de la que se ha dicho. No me han querido decir mis padres. Mi madre lo infirió el otro día que dijo que es mucho más de lo que se sabe. Pero en ese juicio que le seguimos a Marcelo Sosa se habla de $us 50.000 que se le dio a él y los $us 60.000 que se le dio a Ponce de León (abogado de Sosa). 
En ese juicio Sosa huye.
Para sacarle plata a mi padre estos le habían dicho que debía pagar, "aunque sea en cuotas", porque se venía la acusación y era la única forma de que yo salga, porque sino, me iban a acusar y me iba a comer 30 años.
No tiene nombre lo que le han hecho a mi pobre padre.
Pero eso no acaba ahí.
Agarro las tres sentencias ejecutoriadas contra los cómplices de Sosa, el fiscal que me acusó para extorsionar a mi padre, y se las presento a mi Tribunal. Se la presento al juez y pido la nulidad de nuestra acusación, porque está basada en el delito, en la extorsión y la mentira. Y las sentencias ejecutoriadas contra los extorsionadores es la prueba.
Le digo al juez: "Aquí hay tres sentencias que dicen que esta acusación contra nosotros fue hecha en estas condiciones: Extorsionando y en base a la corrupción".
Porque según quién le pagaba a Marcelo Sosa, él  investigaba o no investigaba. Sacaba o metía gente al caso.
Se las presento las pruebas al juez y hacemos una exposición con toda esta información nueva.
 Con esa acusación hecha en base a extorsiones y mentiras, es que a mí me tienen en la cárcel desde hace 7 años. ¿Cómo esta acusación hecha de esa manera se puede considerar legal? Porque solo existe hasta hoy una acusación, la de Sosa. No hay otra acusación.  El Ministerio de Gobierno  es parte, pero nunca nos acusó. El único que nos acusó fue Sosa como parte de la Fiscalía.
Le presentamos todo al juez.
¿Querés saber cuál fue la respuesta?
Para empezar agarró y me dijo: "Esto lo debió presentar en en 2011".
Le dije: A ver, complementación señor juez. Estas sentencia salieron en 2015, ¿Cómo puedo presentárselas en 2011? La única manera de presentar algo como cierto, como cosa juzgada, es teniendo la sentencia, y eso salió en 2015. Esta es una prueba nueva. Es como que haya un asesinato y en pleno juicio aparece la pistola, con huellas digitales y todo.
Me dijo que no, que debió presentarse en 2011, y que esas pruebas no podían ser parte de este juicio. Me acusó de querer atrasar el juicio, de hacer actos dilatorios, y me dijo que era la última vez que se me permitía hacer algo así, o mis abogados iban a ser separados de este proceso. Me amenazó con botar a mis abogados y me multó con $us 2000, a mí,  a un tipo que está 7 años en la cárcel. Que no trabaja. Fui multado por ir a presentar una prueba flagrante de que todo esto está mal hecho. ¿Merece o merece que lo investiguen a este tipo? No puede ser.
Ese juicio de extorsiones en contra de Marcelo Sosa, por ser dentro de la ley 004, Marcelo Quiroga Santa Cruz,  se lo sigue en ausencia. O sea que, si Dios es grande, y lo es,  lo voy a lograr sentenciar a ese tipo.
¿Sabés por qué no se lo puede iniciar ese juicio? Porque Sosa no tiene abogado. El Ministerio de Justicia debe poner un abogado de oficio. En dos oportunidades no han ido. Todo depende del Ministerio de Justicia. El juicio contra Marcelo Sosa por extorsión no se puede iniciar, porque el ministerio de Arce Zaconeta no manda un abogado de oficio para que lo defienda a Marcelo Sosa en ausencia.

Ex fiscal Marcelo Sosa

Es decir,  ¿te acusan con la imputación de un fiscal que recabó las pruebas en tu contra cometiendo delitos?

A mí me cometió el delito. Y encima me acusó, con argumentos obtenidos mediante ese delito. En un país medianamente avanzado, pillan a un juez que era corrupto y todos sus casos entran en revisión.
No, no, aquí a mí me mete preso y le dice a mi padre: O me paga o olvídese de su hijo
La última llamada que recibe mi padre le dice: O consigue los $us 50.000 o olvídese de su hijo
O sea, el tipo mientras investigaba este caso, me mete a mí preso para extorsionar a mi padre. Elabora la acusación extorsionando a la gente.
Esa acusación está completamente podrida.
Yo no estoy diciendo que este juicio se acabe. Tampoco  voy a pedir cosas que no son correctas, pero mínimamente esta acusación no puede ser considerada legal. Tiene que volverse a foja cero e investigarse este caso de nuevo. El fiscal que me acusa está procesado y está prófugo.
Los fiscales que están ahí sentados, designados por el Fiscal General, están defendiendo una acusación corrupta, un trabajo corrupto. 
¿Cómo no va agarrar el fiscal del caso  Reynaldo y va a decir?: “No, yo solo cumplí mi trabajo”. 
Es que esta gente cree que cumplir su trabajo es lograr una condena contra viento y marea, como sea. Si vos hallás una prueba que dice que el tipo es inocente, la esconden, porque creen que su trabajo es condenar como sea. Tu trabajo no es sentenciar, tu trabajo, Fiscal, es cumplir la ley.
Ahí hay dos cosas aberrantes que han hecho con la ley, pero aquí a nadie le importa.
En primer lugar, han ido cambiando la ley para ir trabando a dos casos, el de Leopoldo Fernández, y el nuestro.
 Cuando nos meten presos, la ley decía que nadie puede estar preso sin sentencia más de dos años.
Como no le iba a dar tiempo para acusarlo a Leopoldo, le aumentaron a tres. Yo voy siete. 
La última barbaridad que han hecho es que ya hay una nueva modificación a la ley 586 en donde hay ciertos delitos en los que ya no te podés defender en libertad. Creo que es asesinato, corrupción, violación y delitos contra el Estado.
Si te acusan de cualquiera de esas cosas, te quedás en la cárcel  hasta el día que se sepa si fuiste o no fuiste culpable. Ya no hay presunción de inocencia. Eso va contra todos los tratados internacionales que Bolivia ha firmado. Y todas esas cosas nos la van cambiando para nosotros. Antes, para irte al juicio abreviado lo debías hacer antes de que te acusen. Ahora en cualquier momento lo podés hacer. Te meten preso y te dejan aquí hasta que te desesperés y pidás un trato. Y evidentemente hay gente que no aguanta.

Mirá lo que le hicieron a Gelafio (Santisteban). Lo acusan a él y a su padre. Lo meten preso al hijo. Y el padre, viendo lo que se venía se va a Estados Unidos con toda la familia. Yo lo he visto al abogado del ministerio de Gobierno llamarlo a Gelafio hijo en plena audiciencia. Decirle:  “Don Gelafio, charlemos un ratito, anímese”. Mira esa cojudez. Y Gelafio, aaaaños, lo he visto a mi amigo decirles: “¿Vamos a hablar de mi padre? Si no es eso, entonces no tenemos nada que hablar”. Le tiró preso 5 años hasta que lo botaron a este fiscal, y el nuevo fiscal quería demostrar resultados, y le dijo: "Ya don Gelafio, hablemos de su padre". Entonces le ofrecen que se declare culpable a cambio de retirarle la acusación a su padre. Pobre pelau. Cuando te la ponen así, ¿Qué vas a hacer? Qué más le quedaba a ese pobre chico. Ya estaba cinco años preso. Ni estaba en Bolivia cuando pasó lo de Rozsa, y viene a la cárcel, todo por una vendeta personal contra la familia de Gelafio, al menos eso dijo Boris Villegas.
¿Qué vendetta?
En un desbloqueo, el padre de Gelafio (oficial en la División del ejército en Chapare)  le tiró una patada a Evo Morales.


¿A qué te dedicabas cuando te detienen?
Yo trabajaba en los negocios de la familia. En ese momento estábamos con construcción, con una fábrica de plástico. Con la ganadería. Todo lo de la familia. Siempre trabajé con mi padre.

¿Conocerlo a Rozsa fue el 
peor error de tu vida?
(Se ríe) ¿Sabes qué?, lo que pasa que cuando estás aquí, en la situación que yo estoy... (Pausa) Siempre me preguntan cómo aguanto, pero te digo, aguanto porque se toparon con alguien que no anda culpando a nadie de nada. Si hago eso, me vuelvo loco aquí. Imaginate, estás en la cárcel y no depende vos salir libre. Claro, depende de mí si me echo la culpa, pero no me dá la gana. Entonces no depende de mí.
La ley dice que nadie puede estar en la cárcel con un solo riesgo procesal. Te dicen: usted puede interferir en la investigación, no tiene casa y hay riesgo de fuga, etc. Son todos los riesgos procesales. Yo solo tengo un riesgo procesal, y ni siquiera es el riesgo de fuga. Dicen que puedo entorpecer la investigación con dos personas. Porque puedo hablar con Alejandro Melgar o con Chiqui Laguna. Ese es mi riesgo procesal. Nadie puede estar encerrado con un riesgo procesal. Tendrían que haberme dejado irme a mi casa, pero si lo hacían no había negocio.




LA JUSTICIA, ESE PODRIDO NEGOCIO

¿Confías en la justicia boliviana?
Pero claro que no. No puedo decir que sí,  porque la sufro todos los días.
Aquí ves entrar gente con una tonelada de droga, y se van a los dos meses. Ves entrar gente por secuestro, y se van por el indulto. Ves entrar gente por una garrafa, y están presos años. Hay gente que está cinco años presos y no ha ido a una sola audiencia.
La justicia está manipulada en todo nivel, porque es un negocio. No puede ser que el 70 u 80% de las personas en la cárcel estén con detención preventiva. Que estén aquí sin sentencia.  No puede ser que el 80% no tenga familia (riesgo procesal), no tenga trabajo (riesgo procesal), no tenga casa (riesgo procesal), y por eso los meten.

¿Sabés por qué los meten? Porque es un negocio.
El minuto en que el juez te manda a la cárcel, no te le escapás a nadie. No le podés hacer lance al juez. No le podés hacer lance al fiscal. No le podés hacer lance al Policía que te está investigando. No podés hacerle lance al abogado de la parte contraria que te dice: Bueno, si usted quiere defenderse en libertad, mis honorarios son tanto.
Y hasta tu propio abogado ya tiene otra tarifa cuando estás adentro.
Entrás preso y se activó el negocio. Ya tenés precio.
Mandar a la gente a la cárcel es un negocio.
¿Que viene a hacer aspavientos el ministro de Justicia sobre que los jueces sueltan? Ellos pueden entrar y ver a quiénes han soltado y a quién no. A los jueces los dejan hacer lo que les dé la gana, siempre y cuando no se hagan pillar.
Y los dejan hacer porque al Gobierno les interesa tener controlados a los jueces. Les saben todos sus pecados, entonces cuando necesitan tirarles un telefonazo, lo hacen pues.  Y le dicen: Esto se va a hacer así, y se acabó. Y con la ley en la mano te hacen estas cosas.
Oye, mis jueces una vez me dijeron que no sabían cuantos años yo llevaba preso.  ¿Por qué no se van a la mierda?.
Le dije:  “No pues doctora, ¿no sabe cuánto llevo en la cárcel? Con seguridad llevo  más de dos años de los que dice la ley”.
Yo ya llevaba como cuatro. No, le dije; así no.
No te saben qué decir...

ESTUDIOS Y MILITANCIA

¿Militaste alguna vez en algún partido?
Yo no. Mi padre fue político. Yo no. Yo estudié, volví y empecé a trabajar.
¿Cuál es tu carrera?
Economista.
¿Dónde?
En Estados Unidos. En la Kansas State University.

¿Te identificás con alguna ideología política?
Soy de centro derecha. Me parece que en estos países corregimos en exceso. O nos vamos pa´ un lado del péndulo o pal otro. O para la izquierda hasta el fondo o para la derecha hasta el fondo. Hay mucho trabajo social para hacer en estos países, porque la población es más pobre, está muy abandonada, pero no es de la manera que se quiere hacer ahora. No es emparejando para abajo. Hay  que fomentar el empleo, al empresariado, para que dé más empleo, controlarlos a los empresarios para que no sean negreros, pero sin ahogarlos, porque son los que ayudan a pagar las facturas de todos. Aquí tenemos un universo de aportantes del cual la mayoría no aporta, pero exige, y a los pocos que aportan, se los exprime hasta la última moneda.
Están cerrando 5 o 6 empresas por día. Hace diez años cerraban dos cada diez días o algo así. El dato es terrible. La gente ya no aguanta la carga social que le pone el Gobierno. No podés meter en una sola bolsa a todos. En un momento a las empresas de gas les iba fantásticamente, pero al microempresario no. O puede que a un sector le vaya bien, pero no podés tirarle el doble aguinaldo a todos por igual. Debe haber una forma de medir. Pero todo se hace en función al cálculo político y así vas a fundir a la gente y al país.



LA FAMILIA

¿Este encierro cómo afectó a tu economía?
No puej. No tengo nada. Yo vivo de lo que mi familia me puede dar.

 ¿Y tu hijo?
Vive con su mamá. Gracias a Dios tiene una excelente madre que ha sabido entender todo estos problemas.

El encierro ¿cómo afectó tu rol de padre?
Padre a distancia puej. Imaginate, le tiré 4 años en La Paz y después dos años viajando entre La Paz y Santa Cruz. Todo el día en audiencias. Yo lo veía a mi hijo 15 minutos a la semana.  Mi paternidad ha sido a través de la distancia y de verlo a mi hijo el rato que me lo podían traer.

¿Cuál fue el momento más lindo que le diste a tu hijo?
(Sonríe) Lo vi muy feliz cuando lo del Comité. Y cuando fui al Día del Padre a su colegio. Él me pidió si podía ir. Por suerte me dieron permiso y le llegué. Feliz. Imaginate, tenía 8 años y era la primera vez que pasaba el Día del Padre conmigo.

¿Cómo afectó tu vida sentimental todo esto?
 Mientras estás aquí todo está en pausa. No hay certezas de ningún tipo. No sabés cuánto vas a estar acá. Estás en pausa en tu vida. El tiempo sigue pasando y las obligaciones afuera no paran, pero vos no tenés ninguna certeza de nada.

¿Qué impacto tuvo en tu familia este asunto?
Me divorcié. Las cosas se vuelven muy complicadas. Le he tirado 4 años en La Paz. Después aquí por suerte mis padres han sabido navegar con todo esto, pero las dificultades económicas que ha habido, han sido grandísimas, porque al fin de cuentas sin contar las extorsiones, quedaron ellos solos con la carga de todo. Mi padre tiene 65 años, y él debe seguir velando por la familia, tengo aún hermanas chicas. Hay que seguir pagando fortunas en abogados. Él se encarga solo de todo.

Eso te pesa mucho…
Pero claro. Por eso te digo, en muchos términos yo no puedo pensar muy a fondo en las cosas porque me enloquecería. El día que salga de acá tengo que empezar todo de cero. No tengo auto, no tengo casa, tengo 38 años. No sé a qué edad voy a salir, y va a ser buscar a mis padres, a ver qué mano me pueden dar. Es una locura lo que estos tipos hacen, no les importa nada. Nosotros seguimos siendo el vivo ejemplo de lo que va a pasar a la gente si se meten contra ellos.

¿Sos como un símbolo?
No creo ser tanto. El que siga yo aquí es un conjunto de cosas. Me metieron, no me soltaban porque en eso estaba la extorsión. Y no me sueltan, porque hacerlo sería aceptar que metieron la pata. Cuando pasa lo de los audios y huye Sosa, lo lógico hubiera sido que paren todo. Lo comparo con la decisión de mandar a patear a los indígenas del Tipnis. Hay una gente que marcha a pie desde el Tipnis a La Paz para pedirte que por favor no le taladrés su región. ¿El gobierno negocia? No, patea. Toman unas decisiones siempre para demostrar fuerza, poder y que lo que ellos dicen es lo que se va a hacer pese a todo. En mi caso, se ha vuelto un tema el mantenerme aquí hasta que me declare culpable y ellos zafen del hecho de que en 8 años no me pueden condenar.
¿De qué manera se afectó 
la economía de tu familia?
Ha sido desastroso. Los negocios sufrieron una barbaridad. Gracias a Dios mi padre todavía la sigue peleando, pero esto ha sido durísimo económicamente, familiarmente. Lo que hemos tenido que gastar en abogados, juicios, en viajes, viajar de La Paz a Santa Cruz, a Cochabamba, permanentemente. Si lo que querían era terminar de doblegarnos económicamente para que ya dejemos de fregar. Ellos van por la destrucción para que te echés la culpa.
 Tirarse la fortuna de plata que se ha tirao mi padre en este tema. Él nunca me contó de las extorsiones ni nada. Yo de todo me entero cuando leo sus declaraciones ante el fiscal que investiga el caso extorsiones. En algún momento yo sentía que en mi casa era una cosa que estaban a tiro de pistola. Y me daba cuenta, porque mi padre me decía: Vamos a pasar juntos Navidad este año. Y  entonces me negaban la cesación, y el ambiente en mi casa se tensaba.
Yo le tuve que decir: Papá, parala. Entendeme, tranquilo, yo aquí aguanto, no te hagás problema. Pero no la vas a deshacer la familia por mí. No te dejés engañar por estos tipos, no valen nada, son basura. No la vas a deshacer la familia por mí. Lo único que voy a pedir es que me consigás un buen abogado y yo me voy a defender, y en algún momento esto lo tendremos que volcar. No te preocupés.  Para no entrar a este juicio yo sé de gente que se tuvo que prestar plata para pagarle a Sosa las coimas que les pedía.   


¿Tenés sueños?
Mirá. Sueños, claro que sí. Sueño con que se haga justicia con todo esto. Lo he visto. Lo triste es que no lo han hecho porque sea lo  correcto, sino porque no le quedó de otra. 
Ver que mis carceleros entren presos. Ver que la gente que me ha quitado todo, estén ahora pasándola las mismas que me hicieron pasar a mí. Yo realmente sueño que todo esto se sepa, quién es el que lo hizo. Lo veo difícil. Pero posible.
El otro día vino un testigo a declarar. Raúl García Linera, el hermano del Vicepresidente. Dijo que no sabía nada, que nunca había visto nada, y viene el abogado Denver Pedraza y lo desmiente enteringo. Le dijo que se juntaron, que le dio tanta plata, que Villa Vargas era agente infiltrado de ellos. Y no han hecho nada. No les interesó nada.
En años nunca consiguieron una información que diga de qué cuenta salieron los correos en donde supuestamente me mencionan terceros. A rancho Z nunca fueron. Siete años de investigación y no fueron a donde entrenaban o se iban a escapar los supuestos terroristas. Y no lo hacen, porque cuando estás mintiendo, si escarbás mucho, te complicás ¿no?


LOS DE AFUERA

¿Se ha llevado este caso a instituciones internacionales?
Son muy pobres. La oficina de la ONU que ya están sacando de Bolivia, nunca hizo nada. Su rol es triste en este país. Por lo menos en mi caso no hicieron nada. Con la Defensoría del Pueblo tuve conversaciones, no han hecho mucho. Sí hemos depositado mucha esperanza en la Corte Interamericana, pero  tarda mucho. Hay juicios metidos ahí  hace años y no sale nada. Es la única instancia que por ley puede revertir una condena e indemnizarte. La indemnización ni la consideres que sea importante para nosotros, nada nos va a devolver el tiempo.
Hay no menos de diez personas implicadas en algún momento en este caso, que están apelando a la Corte Interamericana. Ya ingresaron sus demandas.

¿Esta experiencia qué te 
ha enseñado sobre los amigos?
Que tengo muy buenos amigos. Nunca dejaron de venir. Y los del entorno, te das cuenta quién va a estar a tu lado. Esto te marca mucho la cancha en  relación con las personas que tenías afuera. Me demostró qué tipo de familia es la que tengo, el tipo de amigos que tengo. Aquí vos te das cuenta qué sembraste. Porque venir hasta acá, entrar, visitar, lo que tardás, ya lo viste al entrar. No es fácil  para una persona mantener el contacto. Así y todo, lo hacen permanentemente.

¿Aprendiste algo sobre las traiciones?
No me siento traicionado, porque nadie me debe nada, pero sí vi que mucha gente prefiere hacer lo que le conviene y no lo que es correcto. Y eso es algo que, si por lo menos ese ejemplo le puedo dejar a mi hijo, ya es ganancia. Hay que hacer las cosas porque es lo correcto y no lo que te convenga.

¿Y en cuanto a deslealtades?

Nadie me debe nada. Yo estaba empezando mi vida, nadie me debía nada. Sí tenía amigos y conocía gente. Gente a la que puedo decir: “No te hagás el cojudo, si vos también sabés que aquí no hay nada”. Pero sí aprendí mucho de lo poderoso que es el miedo. Porque entiendo que la gente tenga miedo. No es fácil. Claro, yo ya estoy adentro, es con la que me tocó bailar. Pero el prospecto de que te topés con esto es lo que llevó a la gente a negociar y pagar. Porque hubo muchos que pagaron para salirse de esto. Desde montos que probablemente no sean nada, hasta fortunas. Hubo gente que se tuvo que prestar plata, porque este fue el botín de Marcelo Sosa. Y no solo a él, porque esto fue una cadena. Hubo intermediarios, y gente de más arriba de Marcelo Sosa que negociaron las cosas más grandes.
El miedo es muy poderoso.
Viene gente que te felicita, pero si le decís que declare a tu favor, te dicen que no. ¿Porque cual es la estrategia de este gobierno? Aún tiene el caso  terrorismo II, terroismo III. Entiendo que mucha gente en la investigación del caso Extorsiones contra Sosa y los suyos haya dicho “no, a mí no me pidió plata Sosa”. Claro, si decían que les pidió, los  otros iban a decir: ¿Y por qué diste? Por algo diste. Si ellos hubieran dicho la verdad tal vez hubieran hecho variar lo que estoy viviendo. Pero entiendo por qué lo hicieron. Fue el miedo.


¿Qué aprendiste del poder?
Corrompe absolutamente. El poder te trae todo lo demás, y es algo por lo que la gente está dispuesta a hacer lo que sea. En este caso, a matar, porque mataron a tres personas (en el Hotel Las Américas). Los tenían investigados e infiltrados hacía meses. ¿Para qué los mataron, no hubieran sido más fácil traerlos a los tres presos y que hablen? Pero decidieron matarlos. Imagino que esos tipos, Rozsa y los suyos,  no se las soñaron que los iban a matar. No sabían con quiénes se estaban metiendo.


¿Qué aprendiste de la justicia?
No sirve para nada. La han estado manejando de una manera política, la han ido destruyendo sistemáticamente para manejarla como les conviene. La mejor manera de mantenerse en el poder es legalizar tus abusos. Con la justicia en la mano, con la ley en la mano pueden hacer lo que les dé la gana a cualquier persona. Contra viento y marea quieren llevar adelante una elección de jueces donde los exámenes son como para niños. Muchos de esos candidatos a jueces están con acusaciones. Muchos están investigados. Hay un montón que son militantes de partidos. ¿Qué justicia podés pedir así? Aquí se debe volver a la institucionalización de los cargos, concurso de méritos. Tienen que ser los mejores, no los que tienen muñeca.
Me da pena el pobre boliviano que cae en las manos de la justicia boliviana.




LA MANO DE DIOS, NO ABANDONA

Si acaso pesara una sentencia ejecutoriada en tu contra, ya no podrías ser electo a un cargo público. ¿Qué sensación te provoca eso?
Pues muy poco. Yo no estoy haciendo esto para hacer política. La verdad que la notoriedad que se ha dado en mi caso, es porque la mano de Dios no abandona. Porque se han dado circunstancias que no fueron manejadas por mí, como por ejemplo la carta de Milan al Papa. Que no se los hubiera ocurrido mejor cosa que mandarme a Chochocorito para que no este aquí cuando vino el Papa, y todo el mundo se enteró.
Que me esté operando la rodilla y no se le ocurra mejor cosa al Policía que enmanillarme a la cama, sin que yo pueda ir siquiera al baño.
No morimos.
El caso no desaparece del día a día. Algo pasó. Lo del Comité, algo pasó. Me dio rabia el cinismo y escribí una carta a un Ministro y puff, explotó la carta en las redes.
Mi madre ni me preguntó eso de ir a hablar con el ministro de Justicia. Si me hubiera dicho, le hubiera contestado que no lo haga.  Me duele que mi madre le pida favores, y que el ministro le responda: “Claro, la podemos recibir”. Y que le haga a mi madre  irse a La Paz para rogar clemencia. Pero él  le aclara que mi caso no es el mismo que el del otro chico, el de Reynaldo.
A ver, no podés decir eso, la ley es para todos por igual. Que diga: "Lo de Zvonko no es lo mismo  porque Zvonko quiso dividir Bolivia". Para empezar nadie está acusado de dividir nada. Eso no es lo importante. Lo importante es que todas las personas son iguales ante la ley. Todos son inocentes hasta ser hallados culpables. Todos tienen derecho a un juicio justo y sin dilaciones. Nadie puede estar preso más tiempo que el que dice la ley. Esos recortes de prensa donde el ministro de Justicia dice que nuestro caso no es igual a los demás, porque quisimos dividir Bolivia, los voy a presentar.
Hace 7 años que estoy preso y no me pillan culpable. Más problemas tienen ellos en este caso, que yo. Claro, yo soy el preso, pero ellos no pueden explicar todas las fallas en el procedimiento.
En la acusación se nos sindica de terrorismo y alzamiento armado. No es más. No hay eso de dividir Bolivia. Ni hay magnicidio, no hay separatismo. No hay pruebas de eso. Ni Marcelo Sosa, el tipo más corrupto puesto por el gobierno, pudo encontrar pruebas para eso. No se animó a acusarnos de eso.

¿No te interesa para más adelante el tema político, ser alcalde, gobernador…?
No digo que no me interesa. Pero ponete en mi posición. ¿Voy a pensar seguir en la cárcel porque me interese en algún momento ser gobernador? A mí me van a sentenciar. No pueden hacer otra cosa que sentenciarnos, porque no pueden justificar el habernos tenido 7 u 8 años en la cárcel siendo inocentes. De lo que sea nos van a sentenciar. Lo tengo asumido y se lo he dicho a mi familia.
Pero también tengo fe que voy a hacer todo, todo en todas las instancias para defender mi inocencia.
Voy a apelar a todas las instancias nacionales e internacionales, y estoy seguro que con las pruebas que tengo, en algún momento, las cortes internacionales me van dar la razón. No puede ser considerado legal cómo han armado este caso. El fiscal que armó todo esto extorsionaba a mi familia y con esa acusación me tienen preso hace 7 años, con una acusación corrupta. Los dos fiscales acusadores están defendiendo una acusación corrupta,  con una cara dura única. Están defendiendo el trabajo de un colega corrupto a morir.
¿Te imaginás que esta basura de justicia, los encontró culpables a Sosa y sus cómplices por el caso de extorsiones? Y a mi juez no se le ocurrió mejor cosa que multarme con 2 mil dólares para que yo no lo toque ese tema de nuevo. Dos mil dólares de multa para un tipo que no trabaja hace 7 años.


QUÉ LE DIRÍA...

¿Qué le dirías si lo tuvieras a Sosa al frente?
(Sonríe) Qué le diría a ese tipo... ¿Sabes qué?, no quisiera tener ningún cruce de palabra con él, decirle algo, sin pegarle, fuera muy poco.


¿Y a Rozsa?
No lo conocí lo suficiente como para decirle nada. Le dije que era un pobre estúpido. Es absurdo lo que me estás preguntando. 
Se lo dije, y bueno, si se confirma que era un agente del gobierno que buscaba implicar personas, tampoco me preocuparía mucho por decirle nada. Ya lo mataron, viejo.

¿Al general Prado?
Oh, el general Gary Prado es un ejemplo. Un ejemplo para todos. Un señor que a sus 80 años sigue ahí defendiéndose estoicamente, soportando que lo humillen de la manera en que lo han humillado, tenerlo echao en una camilla al fondo del salón, rotándolo como a un pollo. Por que él mismo lo decía:  "Señor juez, me tiene aquí dándome vueltas como un pollo".  Hasta que se le reventaron las heridas en plena audiencia, choreaba pus ese pantalón. Y tenerlo ahí aguantando, peleando por lo que considera correcto.  Para mí es un ejemplo de aquel que defiende lo que es correcto y no lo que le conviene.

A Ronald Castedo...
Don Chichi, otro hombre que ha sufrido mucho en todo esto. Un tipo que solo tiene  menos del 20% del corazón funcionando. Lo demás está necrosado. Los médicos dicen que no saben cómo está vivo. Ese es el informe médico oficial. Es un hombre que se puede morir mirando tele, pero ha seguido hasta el último día peleando, con un abreviado sobre la mesa, al igual que todos los acusados de este caso. Es otro que hasta hoy sigue mandando a su abogado a escuchar todas las audiencias para estar perfectamente informado de cómo va este caso. Todas las personas que han sido parte de este juicio tienen su mérito, incluso hasta los que prefirieron irse de Bolivia y los que se fueron al abreviado.


Al Presidente
¿A Evo Morales? Le diría que un país sin justicia no es un país. Este país merece una justicia independiente, una justicia que haga lo correcto y no lo que le conviene a cierto sector político. No hay persona en este país que no haya sufrido el caer en manos de esta justicia. Por cualquier cosa, hasta para cualquier trámite es un sin sabor único llegar a ese Palacio de Justicia. Todo es plata, todo es coima, todo es extorsión, todo es muñeca, es una barbaridad y no sirve de nada hacer aspavientos por uno o dos casos que ya se salen de las manos y la prensa les hace mucha bulla. Esto debe arreglarse desde cero.


Al Vicepresidente
Le diría que en lo mínimo, su hermano tiene mucho que explicar sobre las declaraciones que hizo en  nuestro caso, cuando ha venido un testigo y lo desmintió enterito. Pero claro, ese es un problema de su hermano y no de él.
 
Rubén Costas, Gobernador de Santa Cruz 
¿Y al gobernador Costas?
Le quiero decir que admiro su manera de haber mantenido su vigencia y liderazgo por tanto tiempo, pero que tiene un gran gran mancha negra en su gestión como político y es este caso. Él conoce bien este caso y conoce muchos más detalles que yo, porque yo solo sé lo que pasó conmigo y más nada. Pero no es tarde para hacer mucho, para que esta injusticia acabe. Gran parte de que esto acabe está en sus manos también.

Algo más que querrás decir…
Decirle al ministro de Justicia que no puede ser que que todas las modificaciones y parches que quiere aplicar a la justicia se hagan cuando la prensa se entera de un caso como el de Reynaldo. Como el de Reynaldo hay muchos casos. Muuuchos en toda las cárceles de Bolivia y yo le he dado ejemplos tangibles, palpables. No miento en una coma cuando digo de cómo la justicia está actuando en este caso del llamado terrorismo. Todas las personas somos iguales ante la ley. Todas las personas somos inocentes hasta que se nos halle culpable, todos tenemos derecho a juicio justo y sin dilaciones. En este caso no ocurre eso.
No le pido que me saque de la cárcel, porque no le corresponde a él hacerlo. Si le pido eso, estaría yendo contra lo que peleo, que es una justicia imparcial.
Lo que sí le voy a pedir que investigue el trabajo de los jueces y fiscales en este caso de terrorismo. Le he dado seis ejemplos de manipulación aberrante.
Él hablaba de que se escondieron pruebas en el caso de Reynaldo. A mí me han multado para que no vuelva a presentar pruebas sobre Sosa y sus extorsiones.
Eso es esconder pruebas.
Dice que hubo interés en el caso de Reynaldo para sentenciarlo.
Perfecto, yo le digo que hay una jueza ciudadana que tenía una hija trabajando en el Ministerio de Transparencia cuando se la posesionó para esta función de juez ciudadana en mi caso. Y nuestro Tribunal se lavó las manos diciendo que la hija ya es mayor de edad, que ya no vive en la casa de su madre.
Nuestro Tribunal está investido de un manto de invencibilidad, pero nadie lo investiga, nadie pregunta, hacen lo que quieren y no puede ser que las autoridades no hagan nada al respecto.
Si el ministro Arce Zaconeta quiere hacer un cambio a la justicia,  aquí le doy este ejemplo, investiguemos, que se junte con mi abogado y le vamos a demostrar con detalles cómo todo esto ha sido manipulado.


¿Vos crees que hay o hubieron personas o instituciones que pudieron ayudarte más, pero no lo hicieron?

Claro que sí. Al comienzo entiendo el miedo.
Hubieron muchos que se pronunciaron, pero el poder del gobierno y su argumento era tan fuerte que no había manera.
Pero el minuto en que salen los audios de Marcelo Sosa y meten presos a los abogados del ministerio de Gobierno, Boris Villegas, Denis Rodas; y que se los alzan a los implicados en el caso de extorsiones y Sosa huye, y éste manda una carta que es la base de su asilo en Brasil, en donde dice que todo lo armó por órdenes de destruir a la oposición política, económica y cívica de Santa Cruz,  reconociendo además haber cometido actos ilícitos en la investigación... 
Decime, ¿Cómo no va a saltar toda la institucionalidad cruceña a decir, ya basta con esto?
Y el ejemplo que siempre he dado es el de la Gobernación. Sale Marcelo Sosa a decir que todo fue armado para destruir a la oposición en Santa Cruz, y lo tenés al gobernador que era gobernador cuando lo del Hotel las Américas, que no lo acusaron, pero lo involucraron. Su hermano tuvo que huir por este caso. Está declarado rebelde, no puede volver a Bolivia hasta que esto no se aclare. ¿Como el Gobernador con los comités cívicos, no salen a decir que este juicio no puede seguir adelante así? No porque él tuviera un interés personal del hermano, sino porque era lo correcto, porque todo esto se armó para asustar a la región que en su momento los tenía arrinconados.
Está bien. El plan maquiavélico funcionó, pero oye, hay gente que sigue afuera de este país y no puede volver. 39 familias fueron acusadas.


¿Cómo no va a salir vos como primera autoridad del departamento y además que te lo están diciendo, “esto se armó para destruirte a vos”, porque vos eras el principal opositor en ese momento, cómo  no decís nada? No lo entiendo. Se puede enojar conmigo, pero el momento en que te enojés conmigo decime por qué te enojaste y dame tus motivos. Yo digo lo que veo. Mucho más se pudo haber hecho. Ese fue uno de los motivos por los cuales decidí participar en el asunto del Comité por Santa Cruz, porque yo quiero decirles: Hey esto no se acabó, esto sigue hasta el día de hoy...




Acabamos. Él dice que puede seguir hablando. No me quedan dudas de que sí. Pero ya llevamos más de tres horas en el penal, y hay horarios específicos en los que podés abandonarlo. O sea, no salís cuando te dá la gana. 
Nos despedimos.
Salgo del pabellón 1 al patio del PC4, y veo a un muchacho con aparente daño psicomotriz que se atraviesa en mi camino, junto a otros que piden monedas. 
¿Qué hace preso un tipo al que le cuesta moverse y que se ve a leguas que su capacidad psicológica está muy disminuida?
Más tarde preguntaré y me dirán que esos son los efectos de una clase de droga hipertóxica y accesible con la que algunos reos, los más, más, más pobres, se pudren la cabeza para escapar del encierro a través de las puertas de la fantasía,  las alucinaciones y finalmente, la muerte.
Desando los controles. 
Muestro el brazo para que vean los sellos y las rayas de los marcadores, paso nuevamente por el lugar donde las reclusas piden monedas y atravieso la gran puerta para salir a la calle. 
Salgo. Pienso que me he encontrado de frente con la vida en libertad. 
Pero mientras recojo mi celular en la tiendita de frutas y me doy cuenta que ya no me hace frío, me lo pienso de nuevo. Entonces redefino la idea y en concreto remato diciendo que al salir de Palmasola no me he reencontrado con la vida en libertad. Me he reencontrado con el país del que ésta cárcel, es apenas un barrio más.